domingo, 26 de julio de 2009

Diario La Nacion 26 Julio 2009



Mineros de su planta en Coquimbo cumplirán 100 días en huelga

Fra Fra tropieza de nuevo

Son casi tres meses de paralización. Pese a la extensión del conflicto, las vías de arreglo están muy lejanas. En la Minera Tambillos ha habido huelga de hambre, juicios enredados, problemas sanitarios e incluso una orden de detención en contra del administrador de la planta. Su dueño, Francisco Javier Errázuriz, asegura que no cederá ante las presiones. Ésta es la historia del conflicto que tiene en crisis a un pequeño pueblo minero de la Cuarta Región.

Parece que en tiempos de crisis las negociaciones son mucho más fluidas. Por lo menos eso se desprende de las estadísticas de la Dirección de Trabajo, que indican que la duración promedio de las huelgas legales realizadas durante el segundo trimestre de este año disminuyó en 36,7% en relación al mismo período de 2008.

Si en ese lapso las huelgas legales se extendían en promedio 11,89 días, entre abril y junio de este año esa cifra cayó a 7,53 días. Sin embargo, hay una excepción dolorosa.

En plena crisis económica, 103 trabajadores de la Minera Tambillos cumplirán pronto cien días de huelga legal.

Paradójicamente, el conflicto comenzó el uno de mayo, la misma jornada en que se conmemoraba el Día del Trabajador.

Desde esa fecha, se ha venido abajo el ánimo de Tambillos, la localidad que está a la orilla de la carretera que une La Serena con Ovalle y en la que habitan casi mil personas, que dependen casi en su totalidad de la pequeña y mediana minería.

Aunque no existen mediciones oficiales, las autoridades aseguran que, desde que se inició la huelga, la cesantía del pueblo se disparó.

Los empleados de la mina cuentan que estos casi noventa días de paralización los han dejado exhaustos. Y todas las responsabilidades las adjudican a las pocas ganas de negociar que ha tenido el dueño de la compañía, el empresario y ex candidato presidencial Francisco Javier Errázuriz.

EL CENTRO DE OPERACIONES

En las afueras de la planta -que producía cerca de 45 toneladas diarias de concentrado de cobre-, los huelguistas instalaron un improvisado campamento.

Es el centro neurálgico del conflicto, donde se reúnen diariamente, a veces cocinan e incluso algunos duermen. Pese a que la huelga ha sido extremadamente extensa, no hay día en que los trabajadores se hayan ausentado.

Unos días más personas, otros menos. Algunos realizan "pololitos" para parar la olla, pero siempre terminan regresando al campamento.

Lo levantaron el primer día de mayo, cuando los trabajadores sindicalizados decidieron comenzar la huelga legal. Dos meses antes, habían presentado una propuesta de contrato colectivo, que fue respondida por la empresa el 31 de marzo.

El abogado del sindicato de la empresa, Mario Yáñez, explica que el planteamiento de los trabajadores incluía un piso mínimo y un reajuste de la remuneración por IPC, que, en lo que va del año, arroja una variación negativa de 0,8%.

El presidente del sindicato de la minera, Mauricio Aldunate, precisa que la propuesta de los trabajadores significaba un aumento mensual en la planilla de 1,25 millones de pesos, los que se sumarían a los 36 millones de pesos actuales.

Según Yáñez, la postura de la empresa fue clara desde el primer momento: "La respuesta fue no a todo, incluso a los mínimos legales. Su política fue no sentarse a negociar y creo que ni siquiera leyeron la propuesta, porque si lo hubiesen hecho, la hubieran aceptado".

En su respuesta, la compañía de Fra Fra propuso mantener los sueldos y modificar el cálculo del bono de producción, estableciendo metas mayores e incluyendo una cláusula que indicaba que el incumplimiento de estas metas durante dos meses consecutivos sería una causal de despido.

Sin embargo, el abogado cuenta que los trabajadores habían planteado bajar la meta para obtener el bono de producción debido a que se exigían parámetros difíciles de cumplir de acuerdo a la realidad de la planta. El bono apenas lo habían obtenido dos veces en un año.

"Por eso les respondimos que los nuevos requisitos eran irrisorios y absurdos", sostiene Yáñez. "Puso rangos que son válidos para la gran minería y por eso no lo aceptamos", agrega el presidente del sindicato. Errázuriz está convencido de que la propuesta que les hizo a sus empleados era la más justa.

A su juicio, los trabajadores "se negaron a ligar de alguna manera los sueldos a la producción. Deseaban asegurar un alto sueldo fijo aunque nada produjeran, lo que no era aceptable".

EL MALICHE

Con el rechazo a la contrapropuesta de la Minera Tambillos, se desencadenó la huelga y además una serie de eventos que sólo ha contribuido a entrampar estas negociaciones, las que hoy se encuentran en punto muerto.

¿El más grave de todos los hechos? La no cancelación de los sueldos de abril. Cuando se inició la huelga legal, la empresa sólo les había pagado la quincena, pero a raíz de la paralización no les cancelaron el saldo restante.

Fue esa la razón que llevó a los abogados del sindicato -del estudio Hinojosa, Roco, Vega y Yáñez- a interponer en el Juzgado Laboral de La Serena una acción de tutela, que es una especie de recurso de protección que incluye la nueva justicia laboral.

Durante ese proceso, la justicia ordenó la detención del administrador de la planta, Mauricio Fuentes Zenteno. Según los tribunales, como responsable legal de la compañía, Fuentes debía responder por el incumplimiento en la cancelación de las remuneraciones.

Los trabajadores sostienen que el administrador -quien encabezó las negociaciones- y su poca disposición al diálogo son los principales responsables del nivel al que ha escalado el conflicto.

Los trabajadores han documentado la huelga en un blog. "Hoy temprano por la mañana llegó el jefe, como siempre de mal humor, no sé por qué motivo. Estuvo un rato conversando con el presidente del sindicato sobre el clima, la derrota de Colo Colo, el alza de la bencina Ah, y también sobre un movimiento sindical que lo tenía un poquito nervioso, pero sólo un poquito. Tratamos de entender su postura pero no, no hubo caso de entenderlo, pero creo que las negociaciones son así", relataron sobre la llegada de Mauricio Fuentes a la planta el primer lunes de mayo.

Quienes conocen mejor al administrador son los operarios de la planta Tambillos. Entre ellos lo llaman El Maliche, apodo que según Aldunate se debe a que "es una persona que trataba mal a los trabajadores. Fuentes tiene casi toda la responsabilidad en lo que ha pasado. Él hizo las primeras propuestas al sindicato y no quiere reconocer que no tuvo los conocimientos para conducir esta negociación. O tal vez quería quedar como rey frente a su jefe".

El ex senador Errázuriz, dueño de la empresa, tiene la misma impresión: "Mauricio es un ingeniero en minas súper eficiente, pero es hosco, de muy pocas palabras, no habla nada. En este conflicto ha habido un conjunto de malos entendidos y reconozco que ha habido falta de entendimiento por parte del empresa, lo que puede deberse en gran medida al carácter de Fuentes, pero sobre todo a la tozudez de los huelguistas. Querían huelga sí o sí".

Pese a que existe una orden de detención vigente en contra del administrador, ésta aún no se ha ejecutado.

El suspenso se mantendrá hasta que la justicia determine cuánto es el monto que la compañía les adeuda a los trabajadores, lo que se debería despejar en aproximadamente diez días, cuando se dicte la sentencia.

PASAJES A PASCUA LAMA

Dos guardias y nada más. Es todo el personal que permanece en la planta, además de un par de carabineros, quienes están en las afueras.

Un gran candado en la entrada es la prueba de que la empresa se encuentra actualmente clausurada. Está en esa situación desde hace poco más de un mes, cuando la seremi de Salud de Coquimbo fiscalizó la planta y detectó problemas en uno de los relaves que -según su resolución- significaban un riesgo inminente para la salud de las personas y el ambiente.

La seremi Anita Bonell cuenta que el miércoles levantaron de forma temporal la clausura para hacer una nueva inspección y determinaron que los riesgos siguen existiendo.

"Para alzar la prohibición de funcionamiento, la empresa tiene que presentar un plan de trabajo, pero aún no lo ha hecho", explica la doctora.

Errázuriz desestima por completo las razones que llevaron al cierre de la planta. El empresario critica que la autoridad sanitaria haya señalado que existía un grave e inminente riesgo de que colapsara, "pero el tranque sigue igual que hace casi tres meses y todavía no colapsa. En Salud saben que están mintiendo y yo tengo peritajes que muestran que no hay ningún riesgo. Si me clausuran están en su derecho, pero estimo que no tenían atribuciones para hacer lo que hicieron, porque no existían problemas de salud y tampoco problemas de riesgo de los tranques".

Con la planta clausurada, las negociaciones en un punto muerto y juicios pendientes, el ánimo en Tambillos es de los peores.

Como no han sido despedidos, los trabajadores en huelga no han podido recibir indemnizaciones ni seguro de cesantía, lo que se suma a los más de cinco millones de pesos que, según sus abogados, les adeuda la minera, monto que deberán acreditar mañana ante el Tribunal Laboral de La Serena.

En la región el conflicto ha movilizado a casi todas las autoridades. Los han visitado parlamentarios de todos los partidos, el municipio de Coquimbo les envió cajas con mercadería e incluso el arzobispo de La Serena, monseñor Manuel Donoso, medió para que cuatro de los mineros depusieran una huelga de hambre que realizaron en junio.

El gobernador de Elqui y ex senador PS por Magallanes, Rolando Calderón, es quien más contactos ha sostenido con Errázuriz -ambos compartieron en la cámara alta durante ocho años- y además preside una mesa de trabajo regional que busca aminorar los efectos del conflicto, en conjunto con los servicios y el municipio.

"Hemos conversado varias veces en las últimas semanas, tratando de acercar posiciones y buscar espacios de solución, pero él no está abierto a la negociación. En realidad lo que plantea es mantener la planta cerrada", cuenta el gobernador.

El abogado de los huelguistas explica que están evaluando recurrir al autodespido, una vez que la compañía les cancele lo adeudado.

Con esta fórmula acabarían un conflicto que parece eterno y además se acogerían al pago de indemnizaciones y al seguro de cesantía, junto con buscar de manera formal un nuevo empleo.

De hecho, el seremi de Minería, Antonio Videka, cuenta que ya están conversando con otras compañías de la zona y del resto del país para que puedan ser reubicados.

Ya hay algunas respuestas incipientes, como la de la minera Barrick Gold, que contrataría en septiembre a algunos de estos operarios para la construcción de Pascua Lama, en la Región de Tarapacá, a cientos de kilómetros de los yacimientos de Fra Fra, a los que no quieren volver.


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